Ingredientes:
– un pollo de corral grande
– una docena de tomates secos
– 2 dientes de ajo
– zumo y piel de limón
– un vaso de Manzanilla o Jerez seco
– un par de vasos de caldo de pollo desgrasado
– unas ramitas de tomillo y romero frescos
– 2 hojas de laurel
– unas hebras de azafrán
– unos granos de pimienta de Jamaica
– sal y pimienta negra molida
– aceite de oliva

Preparación:
La víspera, trocear el pollo, retirar la piel y la grasa y lo enjuagamos. Dejamos escurrir, secar con papel de cocina y salpimentamos. Pasar a una fuente honda, agregar la piel de limón en tiras anchas y los granos de pimienta de Jamaica. Machacar en el mortero los dos dientes de ajo con las hebras de azafrán y una pizca de sal. Luego, volcar sobre el pollo, añadir también las hierbas aromáticas atadas en un manojito, el zumo de limón, la Manzanilla y un hilo de aceite de oliva. Mover bien para que todos los trozos queden impregnados, tapar con film y dejar en el frigorífico.

En el momento de preparar el guiso, ponemos a remojar los tomates en el caldo templado. Calentar un chorrito de aceite en una cazuela amplia y escurrir los trozos de pollo. Se fríen a fuego vivo, dándoles la vuelta con cuidado de no pincharlos para que queden bien doraditos. Cuando hayan tomado color, incorporar el jugo del adobo, el caldo y los tomates secos. Sacudir la cazuela, agregar algo más de agua si fuera necesario y tapar. Cocer a fuego medio durante una hora aproximadamente, vigilando por si hubiera que agregar más líquido.

Una vez hecho, dejamos reducir la salsa unos minutos más sin tapar y acompañar con unos fideos chinos de arroz o soja.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.