Ingredientes:
– 1 pechuga de pollo
– 100 g de queso provolone
– Hierbas provenzales
– Sal y pimienta

Preparación:
Empezaremos limpiando la pechuga de pollo de los nervios, ternillas y grasa que pueda traer. Si sois muy habilidosos con el cuchillo cual carnicero, perfecto, sino pues con una tijera de cocina nos apañamos perfectamente. Una vez limpia, cortamos la pechuga a lo largo para abrirla en libro. Salpimentamos por ambos lados y espolvoreamos las hierbas provenzales por encima.

Ponemos la pechuga en una fuente apta para horno y le colocamos encima el queso provolone cortado en trozos. Os recomiendo que no cortéis el queso muy fino porque queremos que quede una buena capa sobre la pechuga y que se note bien el queso. Metemos al horno precalentado a 180ºC durante unos 20-30 minutos, dependiendo del grosor de las pechugas, queremos que se hagan bien pero sin pasarnos y se queden más bien secas. Antes de sacarla, le damos un toque de gratinado para que el queso se nos quede dorado.

Servimos directamente nuestro pollo gratinado al provolone para que el queso esté bien caliente y fundido (en cuanto se enfría empieza a ponerse gomoso). Y se puede acompañar de arroz o de unas verduritas al horno, aprovechando que lo ponemos.

Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo OsorioNo me comes nada