Problemas nutricionales en la adolescencia
Durante la adolescencia se dan una serie de circunstancias que favorecen la aparición de desequilibrios nutricionales. La mayor autonomía para elegir los alimentos, la influencia de hábitos sociales y la tendencia a rechazar las normas, son factores que hacen difícil en ocasiones cubrir las necesidades de energía o de determinados nutrientes. Las principales alteraciones de la nutrición en esta etapa se pueden englobar en tres grupos.
Formas no convencionales de alimentación
- Desorden de las comidas. Se saltan una de las cincos comidas diarias. Generalmente el desayuno, que compensan a lo largo del día con alimentos de escaso valor nutricional (snacks, patatas fritas, bollería industrial, refrescos, zumos comerciales, chocolate, etc.). Actuación padres: no tener dichos productos en casa e intentar compensar las deficiencias nutricionales o los excesos con comidas más sanas en el hogar. También es importante practicar con el ejemplo y seguir un orden de comidas, así como desayunar antes de salir de casa.
- Consumo elevado de alcohol que altera la absorción de muchos nutrientes. Actuación padres: la terapia nutricional en este caso forma parte de un conjunto de medidas educativas, individuales y colectivas, dirigidas a prevenir el consumo de alcohol.
- Abuso de comidas de preparación rápida (comida basura o fast food). Este tipo de comida está desaconsejada por su alto contenido en grasas, azúcares, sal y por el bajo aporte de vitaminas y minerales además de su poder adictivo. Actitud padres: flexibilidad, este tipo de alimentación forma parte de su evolución socio cultural y son comidas muy atractivas para jóvenes (bien presentadas, buen paladar, baratas y se pueden consumir en casa o fuera de ella). Se debe intentar limitar su número y compensar los posibles desequilibrios en las comidas caseras. Otra opción es aconsejarles que elijan menús más equilibrados (hamburguesas normales en lugar de “gigantes”, no adicionar salsas ni queso, etc.) y que los alternen con ensaladas y frutas. Controle las influencias externas como la publicidad de alimentos. Enséñele a escoge correctamente y a limitar esta presión.
- Seguimiento de dietas inadecuadas (hipocalóricas desequilibradas, disociadas, proteicas, etc.). Actuación padres: Hay que intentar convencer a los jóvenes que no hay alimentos milagrosos, curativos o saludables si no forman parte de una dieta variada y equilibrada, donde todos los alimentos puedan consumirse en su adecuada proporción.
Trastornos de la conducta alimentaria
Los cambios psicológicos que se producen en esta etapa, conducen hacia una modificación de la conducta emocional y social de los jóvenes, así como los cambios físicos que experimentan y que pueden llevar a una infravaloración de su imagen corporal y una baja autoestima. Esto afecta, en ocasiones, a sus hábitos alimentarios y en casos extremos a la anorexia y la bulimia nerviosa que se dan normalmente en el sexo femenino, pero que cada vez afecta más al masculino. Hay otros trastornos tales como el síndrome de miedo a la obesidad (lo más destacable es una exagerada preocupación por engordar, preocupación que habitualmente es compartida por sus familiares) y la anorexia de los atletas (afecta sobre todo a atletas y deportistas de élite sometidos a entrenamientos y competiciones duras). El tratamiento de la anorexia y la bulimia, es complejo y es necesario unir el tratamiento psicoterápico y la terapia de rehabilitación nutricional.
Aumento de requerimientos nutricionales
La adolescencia ya es por sí misma una etapa de necesidades nutricionales aumentadas, pero pueden darse situaciones como el embarazo y la realización de una actividad física intensa en las cuales aumentan los requerimientos de energía o de determinados nutrientes. En estos casos, el estado nutricional de los adolescentes debe estar más controlado y dedicarle una mayor atención.
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.
Imagen: everydaylife.globalpost.com