¿Qué tienen de cierto los refranes sobre alimentación?
Los dichos o refranes sobre alimentación, condicionan los hábitos nutricionales de muchas personas y pueden decidir de forma decisiva en su salud. Con el paso del tiempo se acumulan conocimientos basados en la práctica y se dan asociaciones entre los alimentos y sus efectos, dando lugar a comportamientos y actitudes frente a la alimentación, que han quedado impregnados en el saber popular. Te los habrán repetido tu madre o tu abuela en alguna ocasión y lo más probable es que los sigas a rajatabla sin saber muy bien si son ciertos o no. ¿Cuáles de esos refranes o dichos dan en el clavo y cuáles fallan? Vamos a analizar algunos de ellos.
“Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”
Es uno de los dichos más habituales y también uno de los más acertados. El desayuno es una de las comidas más importantes del día ya que rompe con el ayuno nocturno, reajusta nuestro perfil metabólico, aumenta la concentración, la memoria, la capacidad física y mental. De ahí que sea tan importante hacerlo de forma completa y dedicándole un tiempo. Es importante realizar una cena ligera y saludable que nos ayude a realizar mejor la digestión, a tener un sueño reparador y a controlar el peso.
“Una manzana al día, al médico alejaría”
Este no es propiamente un refrán castellano, sino la traducción de un refrán inglés: “One apple a day keeps a doctor away”. En cierto modo, tiene razón. La manzana está llena de cualidades destacando su riqueza en pectina, una fibra soluble que ayuda al control de colesterol, son bajas en calorías, diuréticas, ricas en antioxidantes, regula el tránsito intestinal, y es un gran antiácido natural. Una manzana al día puede mantener alejada la acidez.
“Al catarro, con el jarro”
Si el jarro es de agua, podemos decir que el agua ayuda a sobrellevar los catarros aunque no los cura. Beber abundante líquido asegura un nivel correcto de hidratación, que ayuda además al proceso natural de fluidificar secreciones. Si además se tiende a sudar por la fiebre, es necesario aumentar la ingesta de líquidos. Son eficaces los zumos naturales, el agua, las sopas y las infusiones, aunque basta con beber suficiente agua.
“Ajo, cebolla y limón, y aléjate de la inyección”
Son tres alimentos muy ricos en propiedades que pueden ayudarnos a fortalecer las defensas. El ajo es un antibiótico natural. Incrementa las defensas del organismo, mejorando nuestra respuesta a virus y bacterias. Es antimucolítico y expectorante. Lacebolla es muy rica en vitamina C y un antioxidante natural. Posee cualidades antimucolíticas y expectorantes. Cocida suele tomarse para aliviar afecciones respiratorias como congestión en los bronquios y cruda para aliviar la tos, ayuda a expectorar la mucosidad. Dejad una cebolla cruda cortada a la mitad al lado de nuestra mesilla de noche. Los vapores que emana ayudan a respirar mejor. Y el limón es rico en vitamina C, un nutriente cuyo consumo es recomendable en caso de infecciones tipo laringitis o faringitis.
“Poca cama, poco plato, y mucha suela de zapato”
Ciertamente, comer saludablemente y mantener un estilo de vida activo son dos de las mejores inversiones en salud presente y futura que podemos hacer. Los hábitos y conductas que sigan nuestros niños determinarán la salud de su vejez. En la edad adulta es más difícil cambiar de hábitos que en la niñez.
“Después de la leche, nada eches”
Falso. Es cierto que la lactosa puede provocar problemas digestivos a determinadas personas, incluso producir intolerancia, pero eso no significa que la leche se vaya a ‘cortar’ si tomamos otro alimento después de ella.
Es una cuestión cultural, ya que, al final de cada comida, todos los alimentos acaban mezclándose en el estómago. Se trata, más bien, de una forma de ordenar las comidas. Al ser la leche un protector gástrico y calmante, nos ayuda a hacer las digestiones más fáciles.
“Todos los días queso, y al año un queso”
Un refrán popular cargado de ciencia que pone a éste alimento en un lugar privilegiado, siempre con medida y sabiendo que hay que comerlo con moderación. Lo mejor del queso son el calcio y las proteínas, el primero puede llegar a 8 veces el de la leche y el manchego o el Idiazábal aportan más de 1.000 mg. de calcio por 100. Son una buena fuente de proteínas de alto valor biológico de buena digestibilidad. Sin embargo, el queso tiene fuertes restricciones para su consumo: en primer lugar es rico en sal, 1.200 mg. para el Manchego o Idiazábal, 1.400 mg. el Camembert y 1.600 mg. el Roquefort, lo que le aleja de hipertensos y obesos y los quesitos en porciones son los más salados y menos interesantes; mucha grasa altamente saturada, el 30-40% sobre extracto seco, que deben tener en cuenta las personas con colesterol alto.
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.