Recomendaciones para niños que comen con ansiedad
¿Pasa su hijo todo el día buscando comida? ¿le da la impresión que no hay nada que le satisfaga? ¿le parece que come por ansiedad? En adultos es común que ocurran estos casos de “comedores emocionales”, en que se utiliza la comida como una forma de “alivio” a emociones negativas, como estrés, ansiedad, tristeza, etc. Aunque parezca extraño, muchos niños pueden desarrollar esta conducta. ¿Cuáles son los signos de que su hijo puede estar comiendo en respuesta a emociones?
La atención al aspecto emocional es uno de los vértices para combatir el sobrepeso. La psicóloga Cinta Vázquez del programa “Niños en movimiento” nos da las pautas para disminuir la ansiedad que presentan muchos niños ante la comida. Lo primero que debemos hacer es identificar el hambre real del emocional. No es sólo encontrar algo que nos quite el hambre sino saber porqué como tanto.
¿Cómo disminuir la ansiedad por comer?
El primer paso para controlar el ansia es la adquisición de unos hábitos alimentarios ordenados y equilibrados. Repasaremos algunas de estas pautas:
- Modificación del estado de ánimo: el objetivo es realizar tareas alternativas a la conducta de comer cuando se detecten determinados estados afectivos. Sugerencias: hablar con alguien, salir, etc
- Evitar los momentos del día y los sitios “más peligrosos”: por ejemplo, si el deseo de comer chocolate siempre aparece por las tardes, en el tiempo de ocio, habría que programar la realización de actividades que lo mantuviera alejados del chocolate
- Limitar el acceso a los alimentos “peligrosos”. Intentar no comprar los alimentos que le hacen perder el control
- Eliminar el concepto de alimento “prohibido”. La mejor forma de no desear intensamente un alimento es consumirlo de forma ocasional
- Reducir excitantes como el café, la coca-cola, el té, el azúcar, el chocolate, que sólo harán agravar el problema, en cambio, tomar más líquidos como zumos de frutas naturales, infusiones relajantes como Valeriana, Manzanilla, etc
- Comer de forma organizada. Es fundamental hacer cinco comidas diarias y no saltarse ninguna para evitar los descensos de azúcar en sangre, que provocan nuevos ataques de hambre
- Comer sentado en la mesa, de un modo tranquilo y ordenado (sin mezclar platos)
- Planificar los menús con tiempo para poder prepararlos adecuadamente
- Hay que intentar evitar los sentimientos de culpa y fracaso por comer a escondidas. Esta actitud puede llegar a crear sensaciones negativas que retroalimenten el círculo vicioso de la comida, haciéndonos comer más y sintiendo mayor disgusto con nosotros mismos
- Los alimentos integrales ayudan a dar mayor sensación de saciedad, por lo que evitarán que comamos tantas veces seguidas
- Tomar mucho líquido durante el día, hasta alcanzar de 1.5 a 2 litros según la edad. Los líquidos en general ayudan a disminuir la sensación de hambre ya que a menudo lo que estamos es un poco deshidratados
- Cuando tenga un antojo de algún alimento, espérese 10 minutos antes de consumirlo, muchas veces las circunstancias (estar en una reunión con amigos, por ejemplo) hacen comer algo que realmente no queremos consumir. Si esperamos un rato, pensamos en otra cosa, charlamos etc., muchas veces olvidamos que teníamos el antojo y no lo consumimos
- Realizar ejercicio que se adecue a sus posibilidades. El ejercicio es el mejor remedio para la ansiedad. Practíquelo 3 ó 4 veces a la semana. Este le ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad por la comida
- Aprender a relajarnos a través de la respiración será beneficioso. Debemos tomar conciencia de nuestra respiración y aprender a controlarla. Cuando estamos más nerviosos o angustiados nuestra respiración cambia, se vuelve más superficial y rápida. Si respiramos de un modo más pausado y profundo nuestro estado de ansiedad también tiende a desaparecer. Aunque no lo parezca es una de las pautas básicas para el tratamiento de la ansiedad por la comida
Aprender a querernos un poco más, aceptándonos como somos y valorando nuestras virtudes es un primer paso para mejorar. Para sentirnos plenos. Sintiéndonos contentos con nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no dependeremos de algo externo para sentirnos por fin satisfechos.
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.
Imagen: recetasparaadelgazar.com