Ingredientes:
– 200 g de arroz arborio o carnaroli (podéis usar arroz redondo)
– 200 g de boletus (o unos 50g si son deshidratados)
– 50 g de queso curado
– ½ cebolla
– 75 ml de vino blanco
– 750 ml de caldo de carne

Preparación:
Lo primero es comentaros el tipo de arroz, os he puesto que uséis la variedad arborio o carnaroli porque es la típica italiana para hacer un buen risotto, ya que son buenos para este tipo de cocción, pero podéis usar perfectamente un arroz redondo normal que os va a salir mucho más barato. Por otro lado, deciros que para las fotos utilicé unos boletus deshidratados que tenía guardados en la despensa, pero lo ideal es hacerlo con unas setas frescas que ahora es la temporada perfecta para ello (aunque mi frutera dice que vienen tardíos debido a la escasa lluvia…). Así que dicho lo dicho, vamos con la receta en sí. En el caso de usar boletus deshidratados como en mi caso, lo primero será hidratarlos para poder utilizarlos. Podéis dejarlos en reposo en agua templada hasta que estén tiernos o podéis acelerar el proceso metiéndolos un rato en agua hirviendo. Independientemente de la forma, no tiraremos el agua porque habrá cogido sabor del boletus y nos vendrá perfecta para reutilizarla.

Pelamos y picamos la cebolla muy fina y la ponemos en una cazuela con un poquito de aceite de oliva virgen extra a fuego medio-bajo hasta que empiece a ponerse transparente, sin llegar a dorarse. Incorporamos los boletus, salteamos un poco y echamos el arroz. Vertemos el vino blanco (si está caliente mejor) y dejamos que se reduzca el alcohol. Ahora viene la parte “tostón” de la receta, pero la que marcará la diferencia para obtener un buen risotto. En otra cazuela tendremos el caldo previamente calentado y que deberemos mantener así hasta que tengamos el arroz terminado. Tened en cuenta que, si reutilizamos el agua de hidratar los boletus, reduciremos la cantidad de caldo en la misma proporción que añadimos el agua de la cocción. Iremos incorporando el caldo a la cazuela del arroz poco a poco, lo suficiente para que el arroz esté apenas cubierto de líquido, removiendo en todo momento el arroz para que vaya absorbiendo bien el caldo. Cuando quede poco caldo (sin que el arroz se quede sin líquido en ningún momento), volvemos a incorporar más cantidad de caldo y así sucesivamente hasta acabar con todo el caldo. El arroz debe quedar blando por fuera pero “al dente” por dentro, si necesitáis incorporar un poco más de caldo, no hay problema.

Cuando hayamos incorporado todo el caldo al arroz (y repito, no dejamos que el arroz consuma todo el caldo para que no quede seco), en el último momento incorporamos el queso curado rallado y removemos lentamente para que se integra bien por todos lados. Servimos inmediatamente con un poco de queso rallado por encima y ya tenemos listo nuestro risotto de boletus y queso curado

 
Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo OsorioNo me comes nada