Ingredientes:

(Para dos personas)

– 140 g de arroz arborio (o carnaroli)
– 100 g de brócoli
– 1 zanahoria
– ½ cebolla
– ½ cucharadita de cúrcuma
– Queso de cabra
– 150 ml de vino blanco
– 750 ml de caldo de verduras
– Una nuez de mantequilla

Preparación:

Cortamos la cebolla y la zanahoria muy fina, en brunoise, y las ponemos en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva a fuego lento para que se pochen. Cuando la cebolla empiece a transparentar, añadimos el brócoli (que habremos cortado en arbolitos tamaño bocado) y tapamos la cazuela para que el brócoli se ablande y no quede duro. Dejamos unos 5-10 minutos, removiendo de vez en cuando. Mientras las verduras se están pochando, pondremos a calentar el caldo de verduras en un cazo, en el fuego de al lado. Hay que mantener el caldo caliente todo el rato, casi hirviendo, porque lo necesitaremos para la cocción del arroz. Dicho esto, y pasado el tiempo indicado de cocción de las verduras, añadimos el arroz en la cazuela y dejamos un par de minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que veamos que los granos arroz empiezan a transparentar por la parte exterior. En ese momento, subimos el fuego, añadimos el vino blanco (es bueno calentarlo previamente en el microondas unos segundos), la cúrcuma y dejamos que se evapore el alcohol. Llegamos a la cocción tradicional de cualquier risotto. Iremos añadiendo en la olla, poco a poco, cucharón a cucharón, el caldo de verduras que tenemos caliente. Añadimos caldo suficiente para cubrir ligeramente todos los ingredientes y removemos lentamente (y casi constantemente) para que el arroz vaya soltando el almidón. Cuando veamos que el caldo empieza a consumirse, volvemos a echar cucharones hasta cubrirlo de nuevo. Seguimos con la mecánica hasta que el arroz esté al dente, que serán unos 18-20 minutos. La cantidad de caldo no es exacta, puede ser que necesitéis añadir más o que os sobre algo, tiene que quedar un arroz cremoso, nada de arroz seco o caldoso. Por último, para finalizar el risotto de brócoli y queso de cabra, hay que mantecarlo. Para ello, retiramos la cazuela del fuego y añadimos una nuez de mantequilla y un poco de queso de cabra. Removemos lentamente para que se integren los ingredientes y dejamos reposar tapado durante unos 5 minutos. Tras el reposo, servimos con unos trocitos de queso de cabra y listo.

Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo Osorio “No me comes nada”