Ingredientes:
-200 g de arroz arborio o carnaroli (podéis usar arroz redondo)
-½ cebolla
-50 g de queso gorgonzola
-Un puñado de nueces
-75 ml de vino blanco
-750 ml de caldo de verduras
-Una nuez de mantequilla
-Un puñado de setas (opcional)

Preparación:
Pelamos la cebolla, la picamos muy fina y la ponemos en una cazuela con una nuez de mantequilla. Podéis usar aceite de oliva virgen extra, pero, en este caso, yo he usado un poco de mantequilla siguiendo las instrucciones de la madre de un amigo italiano   Dejamos pochar a fuego medio-bajo hasta que la cebolla empiece a transparentarse. En ese momento, si queremos, incorporamos las setas y salteamos un poco (para las fotos yo usé unas setas shiitake). Una vez salteado, incorporamos el arroz y el vino blanco y dejamos unos minutos a fuego fuerte hasta que se evapore el alcohol.

Ahora viene la parte repetitiva pero fundamental de la receta. En un cazo aparte tendremos el caldo de verduras puesto a fuego medio para que se mantenga caliente, pero sin llegar a hervir. Iremos incorporando el caldo a la cazuela con el arroz, cucharón a cucharón, hasta tener ligeramente cubierto todo el arroz. Removiendo constantemente, dejamos que el arroz vaya absorbiendo el caldo e iremos incorporando cucharones de caldo al arroz para evitar que este se quede seco, siempre debe de haber algo de caldo. Repetimos la operación hasta que acabemos con el caldo. La cocción del arroz durará unos 10-15 minutos y tiene que quedar “al dente” así que, en caso de ser necesario, incorporaremos un poco más de caldo hasta que esté en su punto, teniendo en cuenta que en ningún momento se puede quedar el arroz sin caldo. Cuando el arroz esté listo, será el momento de incorporar el queso gorgonzola cortado en pequeños trocitos y el puñado de nueces ligeramente machacadas. Removeremos suavemente para que el queso se derrita y se mezcle homogéneamente con el arroz. Las cantidades las he puesto un poco a ojo, al final es a gusto de cada uno, si queréis un risotto más fuerte, echad más gorgonzola  Podéis darle también un poco de sabor añadiendo una pizca de tomillo fresco.

Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo Osorio “No me comes nada”