Ingredientes:
– 16 láminas de pasta brick
– ½ pechuga de pollo de corral
– 1 patata grande
– 2 huevos
– una cebolleta
– un puñado de alcaparras pequeñas
– unas hojas de culantro fresco
– unas hojas de hierbabuena
– una pizca de cúrcuma
– sal y pimienta negra molida
– aceite de oliva

Preparación:
En primer lugar, lavar las patatas sin pelar y las cocemos al vapor hasta que estén tiernas. Luego, las dejamos enfriar, retirar la piel y se cortan en daditos pequeños que reservamos en un plato. A continuación, quitar la piel y la grasa al pollo, quitar los restos de huesos o tendones y se corta también en dados. En una sartén amplia, calentamos unas gotas de aceite de oliva y pochar la cebolleta muy picada.

Cuando comience a estar transparente, incorporar los dados de pollo, subir ligeramente el fuego y dejamos que tomen color, más o menos, diez minutos, sin dejar de mover para que queden bien sueltos. Luego, incorporar la hierbabuena y el culantro picados, la cúrcuma y las alcaparras muy bien escurridas y retirar del fuego. Volcamos en un cuenco y cuando estén templadas, mezclar con las patata, agregar un huevo batido y rectificar de sal y pimienta. Precalentar el horno a 220 grados.

Sobre la encimera, extendemos las hojas de pasta brick y las pincelamos con una pizca de aceite, colocándolas dobles. En el centro, colocamos unas cucharadas de relleno y las enrollamos procurando doblar bien la pasta para que no se deshaga el rollito. Se van colocando uno al lado de otro sobre una bandeja forrada con papel sulfurizado y, cuando estén todos, pintar con huevo batido. Hornear durante diez o quince minutos hasta que queden bien dorados y servir enseguida con una ensalada de canónigos.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.