Ingredientes:
– 1 Romanescu
– 2 patatas medianas
– Bacón (o pechuga de pavo si lo queréis más sano)
– Tomate frito
– Bechamel
– Queso rallado

Preparación:
Cortamos el romanescu quitando las hojas exteriores y separándolo en “arbolitos”. Enjuagamos bien con abundante agua para quitar todos los restos de tierra que pueda haber. Si no queremos echar el tallo lo podemos reservar para usar en otra receta. Echamos agua con sal en una olla y la ponemos a fuego fuerte. Mientras se calienta, lavamos bien las patatas para quitarle los restos de tierra que tengan, aunque las compremos ya lavadas. Cuando el agua rompa a hervir, echamos las patatas y las dejamos cocer unos 30-40 minutos, dependiendo del tamaño de la patata, hasta que estén blandas. Pasado ese tiempo, las sacamos de la olla y echamos el romanescu en el mismo agua para cocerlo durante unos 10-15 minutos ya que si lo dejamos más tiempo acabarán deshaciéndose los “arbolitos”.

Cuando la patata esté atemperada y podamos manejarla sin quemarnos, le quitamos la piel y las machacamos con un tenedor para hacer un puré. Si queremos tener un puré con una textura más suave podemos echar un poco de leche y mezclarlo bien con la patata hasta obtener la textura deseada. Condimentamos con un poquito de sal, pimienta y, opcionalmente, se le puede echar una nuez de mantequilla al puré, aunque yo personalmente no se lo pongo en esa receta. En una fuente apta para horno, ponemos una capa de tomate frito, luego repartimos el romanescu por toda la superficie, cubrimos con una capa de bechamel y otra de puré de patatas. Por último, cubrimos con el bacón y el queso rallado. Yo usé bacón en lonchas troceadas pero podéis usar perfectamente daditos de bacón o, si queréis una receta más sana, dados de pechuga de pavo, por ejemplo. No es necesario que salteéis el bacón antes, ya que se hará perfectamente en el horno.

Una vez montado nuestro “pastel”, metemos al horno precalentado a 180º C y lo gratinamos hasta que esté bien dorado por encima. Sacamos nuestro romanescu con cuidado de no quemarnos y lo servimos para comer caliente, recién salido del horno.

 

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