No hay año que no cierre las fiestas Navideñas: es nuestro tradicional Roscón de Reyes, que se corona como postre protagonista en todas las mesas españolas. Para elaborar el Roscón de Reyes el principal ingrediente es el tiempo, hay que dejarlo fermentar. Para hacerse una idea de la planificación a seguir, desde el momento en que se elabora el pre-fermento hasta el momento de degustar el dulce, pasan aproximadamente 22 horas. Además, en el caso de querer rellenar el Roscón con nata 100% casera, es importante conocer que se debe empezar a preparar con 24 horas de antelación a la degustación del plato.

Comenzamos con el pre-fermento, para el que se necesitan los siguientes productos:
– 100 gr de harina integral de fuerza
– 100 ml de leche tibia semidesnatada
– 3 gramos de levadura seca de panadero (o 9 de levadura fresca)

Mezclar todos los ingredientes del pre-fermento en un bol con una cuchara hasta que quede una masa espesa y sin grumos. Dejar doblar su volumen durante 2 horas. La harina de fuerza es la que posee mayor cantidad de proteínas, y aporta a la masa una consistencia más esponjosa. En su variante integral, permite aportar más vitaminas, minerales y fibra a nuestro roscón. La leche aporta proteínas de buena calidad y calcio, y en su versión semidesnatada, permite aligerar el contenido en grasas saturadas.

El momento de la verdad: la masa. Se consigue con lo siguientes ingredientes:
– 150 ml de leche tibia semidesnatada
– 1 yema de huevo
– 1 cucharada de agua de azahar (si es esencia, es preferible poner menos porque es más concentrada)
– 60 gr de aceite de oliva
– 450 gr de harina de fuerza
– 100 gr de azúcar (estamos añadiendo mucha menos cantidad de azúcar que la receta tradicional, y compensaremos ese dulzor con la ralladura de naranja, mucho más saludable).
– ralladura de naranja al gusto
– 1 cucharadita de lecitina de soja
– 1 pizca de sal
– La sorpresa del Roscón de Reyes

Mezclar en un bol o máquina todos los ingredientes de la masa: primero los líquidos y después los sólidos, y añadir al pre-fermento. Amasar fuera del bol hasta que la masa resultante (al principio pegajosa) se vuelva lisa (unos 15-20 minutos a mano). Es importante no añadir harina, mejor insistir hasta conseguir la textura lisa.

Dejar fermentar unas 3 horas, y a continuación bolear la masa obteniendo 2 piezas con las que crear la forma del Roscón. Colocar un aro de emplatar en el centro de ambas piezas para evitar que se cierre el agujero, y colocar la ”sorpresa del Roscón de Reyes”. Dejar reposar hasta que la masa doble de nuevo su volumen (unas dos horas), envolverla en papel film ligeramente aceitado y e introducirla en el frigorífico toda la noche. Aunque aporta una cierta cantidad de grasa, incluyendo colesterol, la yema de huevo también es un compendio de vitaminas como la A (esencial para el buen estado de la piel y de la visión), la D (esencial para la asimilación del calcio), B12 (para el buen estado del sistema nervioso) y minerales como el fósforo (salud ósea) o el zinc (implicado en multitud de procesos como el metabolismo de los azúcares, de la vitamina A, de las proteínas, y en el buen estado de la piel, uñas y cabello y la función cognitiva).

El aceite de oliva es el producto estrella en propiedades antioxidantes y su perfil lipídico (tipología química de sus grasas) es el más cardiosaludable por su contenido en grasas monoinsaturadas. La lecitina de soja aporta fosfolípidos, esenciales para regular los niveles de colesterol.

La guinda del pastel. Ha llegado el momento de ver el resultado final del roscón. Para hornear y decorar la masa se necesita:
– 1 clara de huevo
– Unas gotas de azúcar humedecida con agua
– Naranjas escarchadas, guindas, y almendras fileteadas o en granillo

A la mañana del día siguiente, decorar la masa pintándola con clara batida, azúcar humedecida y las frutas y almendras. Precalentar el horno a 200 grados durante 10 minutos y, a continuación, reducir a 180 grados. Introducir ambas piezas y hornearlas unos 25 minutos con aire arriba y abajo. Dejar enfriar durante dos horas.

La almendra es uno de los frutos secos más frecuentes en Navidades y, como todos los frutos secos, es una fuente de salud, siempre que se consuma con moderación dado su elevado aporte calórico. Aporta grasas insaturadas (cardiosaludables), proteínas vegetales, y minerales como el magnesio o el fósforo, así como vitamina E (efecto antioxidante). La clara de huevo aporta proteínas de alta calidad biológica, es decir, se trata de proteínas completas a nivel nutricional.

Y por último, el relleno con nata casera. Saldrá deliciosa con:
– 1 litro de leche entera
– 800 gr. de margarina
– 2 yemas de huevo
– 4 cucharadas de azúcar glass

Calentar en un recipiente la leche y la margarina y, antes de que comience a hervir, retíralo del fuego. Dejar enfriar durante 30 minutos y añadir las yemas, a continuación, batir en la batidora durante cinco minutos. Dejar reposar la mezcla en el frigorífico durante 24 horas.

Transcurrido ese tiempo, montar la mezcla a mano o con batidora, añadir el azúcar glass y estará lista para rellenar el Roscón.

La margarina está basada en grasas vegetales, pero esto no siempre implica que sean más saludables. Para saber escoger la mejor margarina, hay que buscar aquella que no contenga grasas ‘trans’ (revisar el etiquetado en el apartado de análisis nutricional).

Por último, es importante recordar la importancia de comer despacio para disfrutar de todo el sabor del Roscón más saludable, y… ¡Feliz Día de Reyes!