Roscos de cebolla y semillas de amapola
No siempre nos apetece una merienda o desayuno dulces. A veces, el paladar nos pide un aperitivo salado y puede ser difícil dar con uno, aparte de los frutos secos, sin caer en chacinas o sándwiches. Esta receta de roscos de cebolla y semillas de amapola se convertirá en tu recurso más preciado para esos momentos. Muy parecido a un bagel, estos roscos son perfectos para tomarlos solos como apertivo o para rellenarlos con algo salado en un almuerzo, cena o desayuno. La receta está basada en un plato tradicional judío que se suele preparar durante las festividades de Purim.
Ingredientes:
Para unas 12 rosquillas
– 4 tazas de harina
– 35g de levadura
– 3 huevos
– Una cebolla mediana, cortada en pequeños taquitos
– Una taza de semillas de amapola
– Dos cucharadas de azúcar
– Media taza de aceite de oliva o girasol
– 3 cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente
– Una taza de agua templada
– Una pizca de sal
Elaboración de los roscos de cebolla y semillas de amapola:
1. Mezclamos la levadura con una cucharada grande de la harina. En un bol pequeño, rociamos el agua templada y vertemos la mezcla que acabamos de realizar. El agua no debería estar a más de 40ºC. Dejamos que se asiente unos 5 minutos, hasta que la levadura empiece a crear una especie de espuma de textura cremosa.
2. Mezclamos el resultado con 2 de los huevos, el aceite, el azúcar y añadimos aproximadamente una cucharada de postre de sal. Removemos bien en un bol grande. Añadimos la harina que nos queda y removemos enérgicamente hasta que no quede ningún grumo.
3. Cuando la masa esté suave y homogénea, la pasamos a la encimera (o cualquier otra superficie donde podamos amasar) y la estiramos hasta que esté bien elástica, lo que debería llevarnos unos 8-10 minutos.
4. Tomamos un bol grande y lo pintamos con aceite. Ponemos en él la masa y la pintamos con aceite también. Cubrimos el bol con un trapo o trozo de tela de fino grosor y dejamos que la masa suba. Para ello, debemos dejarlo durante unas 2 horas en un sitio cálido, donde haya una temperatura de entre 27 y 35 ºC.
5. Mezclamos la cebolla, casi todas las semillas de amapola, la mantequilla y una cucharada de harina y una pizca de sal en un bol. Dividimos la masa resultante en dos porciones iguales y dejamos reposar. Volvemos a coger la masa de harina y levadura, que también dividimos en dos partes iguales.
6. De cada una de las porciones, hacemos dos ‘churros’ largos. En medio del churro, colocamos la mezcla de cebolla y semillas, y la envolvemos con la masa de modo que quede como una especie de relleno. Nos aseguramos de que esté bien cerrado y la mezcla de las semillas no pueda esparcirse.
7. Ahora viene el momento en el que podemos ponernos creativos. Podemos, simplemente, hacer roscas con las tiras y hornearlas directamente, o ponerlas una junto a la otra y crear una especie de trenza. Lo hagamos como lo hagamos, cuando tengamos nuestras formas preparadas, los colocamos en un papel vegetal sobre la bandeja del horno y los cubrimos con film transparente. Dejamos que la masa vuelva a subir hasta que casi haya triplicado su volumen, lo que debería llevar una hora y media aproximadamente.
8. Mientras, precalentamos el horno a 165ºC. Batimos un huevo y añadimos un poco de sal. Pintamos los roscos con la mezcla y espolvoreamos más semillas de amapola sobre ellos.
9. Metemos la bandeja en el horno, en la posición más baja, y horneamos hasta que los roscos estén dorados por arriba. Cuando lleve una media hora en el horno, sacamos y volteamos los roscos para que se doren por igual y sacamos a los 45 minutos, aproximadamente.
10. Dejamos enfriar antes de servir.