Salteamos el pollo con un poco de aceite, añadiendo sal, pimienta y un poco de ajo picado y añadimos media taza de salsa de soja, junto a dos cucharadas de miel y dejamos unos momentos que caramelice.
Cortamos la cebolla en juliana y la sofreímos en una sartén con aceite hasta que esté transparente. En un wok echamos aceite, los higaditos, el laurel, pimienta negra y sal al gusto...
En un cazo, calentamos un chorrito de aceite de oliva y rehogar el diente de ajo entero y pelado. Cuando comience a tomar color, lo desechamos y rehogar el arroz hasta que el grano esté transparente...