Con un día de antelación, preparamos el pesto que nos servirá de aliño. Remojar los tomates secos en agua templada unos veinte minutos, se secan con papel de cocina y los pasamos al vaso de la batidora...
La víspera, ponemos el bacalao en remojo y le cambiamos el agua un par de veces. Una vez desalado, enjuagar, escurrir y secamos con papel de cocina. Repasar para que no queden espinas...
Hervir un vaso de agua en un cazo. Deshidratar la gelatina en agua fría. Cuando el agua empiece a hervir añadir las láminas de gelatina bien escurridas. Batir y apartar. Mezclar el bacalao, el atún, los pepinillos, las cebollitas...
La víspera, ponemos el bacalao en remojo, en agua fría, cambiándole el agua varias veces. Una vez desalado, se enjuaga, lo escurrimos y se seca con papel de cocina. Luego, se desmenuza en trocitos pequeños, comprobar que no hay espinas y reservamos en un plato...
Echar en una cazuela de barro el aceite de oliva y poner a calentar. Agregar los dientes de ajo, y cuando doren poner la guindilla y colocar las tajadas de bacalao, ya desaladas...
En una olla ponemos los garbanzos con la cabeza de ajos, el laurel y unos granos de pimienta negra. Agregar una pizca de sal, un chorrito de aceite de oliva y cubrir con agua templada. Cocer hasta que los garbanzos estén tiernos...
La víspera ponemos las verdinas en agua y al día siguiente las cocemos como tengamos costumbre. Cuando estén frías añadimos los ahumados cortados en tiras finas...
Estiramos hasta que quede fina la placa de hojaldre (puede ser del congelado) y la enrollamos a lo largo de un canuto metálico de unos 2 cm. de diámetro, que pueda ir al horno. Lo horneamos a 200º C hasta que esté dorado...