Ponemos los huevos en la batidora, junto con todo lo demás: harina, azúcar, mantequilla y levadura. Batimos y dejamos reposar la masa. Mientras, en una sartén disolveremos las 10 cucharadas de azúcar, con unas gotas de agua...
En un molde redondo, mejor metálico y antiadherente, calentamos, a fuego suave, el azúcar con el zumo de limón. A medida que se vaya formando el caramelo, vamos inclinando el molde para “pintar” las paredes...
Preparamos el caramelo, para lo que pondremos el azúcar y las gotas de zumo de limón en una sartén. Dejamos que se disuelva hasta que adquiera el color propio del caramelo líquido, con cuidado de no quemarlo, pues amargaría...
La víspera preparamos la crema de caramelo. En un cazo, sin nada de líquido, ponemos a calentar el azúcar, a fuego muy suave y dejamos que se vaya deshaciendo y tomando un ligero color dorado...
La víspera, preparamos el caramelo para poder tenerlo congelado. En un cazo ponemos a calentar los dos tipos de azúcar con tres cucharadas soperas de agua y ponemos a fuego medio...