Si intentamos relacionar una bebida con el Heavy Metal probablemente se nos venga a la cabeza la cerveza, el whisky, el vodka o cualquier otra espiritosa de alta gradación y hecha a prueba de gargantas y estómagos. Sin embargo, en los últimos tiempos los grandes de este estilo de música parecen haberse interesado por la bebida de Baco: el vino.