Es conveniente preparar la masa la víspera, sino, al menos, con cuatro o cinco horas de antelación. En un cuenco batimos el queso con la mantequilla, la clara, sal y pimienta...
Lo primero que hacemos es engrasar un molde alargado, tipo plumcacke con una pizca de mantequilla y espolvorear con harina. Sacudir bocabajo para eliminar el sobrante y dejamos en el frigorífico...
Como esta masa debe reposar, la preparamos con cierta antelación. Tamizar la harina en un cuenco, hacemos un hueco en el centro y agregamos la mantequilla prácticamente fundida. Añadir también la ralladura de piel de naranja, la pizca de sal, la yema y el azúcar...
Lo ideal sería usar harina fina o harina de repostería pero teniendo precaución de que no es ningún preparado para bizcocho que contenga levadura. De todas maneras, con harina de trigo normal...
Amasamos todos los ingredientes en un cuenco grande o con ayuda de un robot de cocina. Teniendo en cuenta añadir la mantequilla hacia la mitad del amasado y la levadura casi al final del amasado...
Precalentamos el horno a 170º, engrasamos un molde rectangular en mi caso con spray desmoldante pero si no tenéis podéis hacerlo con mantequilla fundida y espolvoreando harina, luego damos unos golpes suaves y quitamos el exceso...
Ponemos los huevos en la batidora, junto con todo lo demás: harina, azúcar, mantequilla y levadura. Batimos y dejamos reposar la masa. Mientras, en una sartén disolveremos las 10 cucharadas de azúcar, con unas gotas de agua...