En primer lugar, pelamos las naranjas, quitando la piel y toda la parte blanca. La cortamos en trocitos y colocamos en un plato hondo o en un bol, añadiendo por encima miel...
Pelamos las naranjas, quitándoles la piel y la piel blanca y las troceamos. Las añadimos a un vaso de batidora. En paralelo ponemos el huevo a cocer y una vez este duro, lo pelamos y añadimos medio al vaso de batidora...
Tomar un kilo y medio de naranjas al día aportaría la cantidad necesaria de la hesperidina, un compuesto capaz de frenar la oxidación y la inflamación de bajo grado, proceso celular que influye en el envejecimiento.