Pelar las patatas, cortarlas a rodajas y freírlas en abundante aceite de oliva. Mientras se fríen las patatas, poner en una sartén pequeña los pimientos enteros...
Destripamos la morcilla y la amasamos un poco al calor hasta que sea una masa homogénea. Escurrimos los pimientos y los rellenamos con la morcilla, los pasamos por harina y por huevo y freímos con aceite hasta que estén dorados...