En primer lugar, pelar la piña y la cortamos en daditos. Volcar en un cuenco, agregar ralladura de piel de naranja, una pizca de nuez moscada y clavo molido y la vainilla abierta por la mitad, a lo largo, raspar las semillas y las mezclamos con la fruta...
Los Strudel parecen proceder de la cocina de Bizancio; su masa se prepara lo más fina posible, hasta el punto de que los pasteleros austríacos y alemanes suelen decir que la masa de Strudel perfecta sería aquella a través de la cual pudiera leerse un periódico.