Aunque comer fuera de casa sea sinónimo de comida poco saludable y monótona, si seguimos algunas pautas podemos conseguir una dieta equilibrada y variada.
Es la bebida de moda, el cóctel que se ha apoderado de las barras de los pubs y las salas de las discotecas. La forma de beber ha ido evolucionando y un producto que la alta gastronomía rescató del ostracismo ha llegado para quedarse.
Que técnicamente un vino se aprecie peor cuando está frío en el caso de los tintos especialmente, es cierto. Ahora, de ahí a que cuando me tenga que tomar un vino en un restaurante o en un bar me lo tenga que tomar a temperatura ambiente, habiendo de 35-40ºC, hay un salto importante.
Hierbabuena, lima o hielo picado. Éstos son los sabores favoritos para comenzar una noche calurosa de verano. Y en Córdoba se agradece porque ya no se conocen formas de superar las elevadas temperaturas.
La naturaleza regala como en cada época estival una gran variedad de frutas que aportan beneficios para la salud y además hacen más llevaderas las altas temperaturas debido a su composición fresca.
Si tuviera que elegir, sería mujer de té. En casa, eso es, porque tomar té en un bar es a menudo una carrera de obstáculos (teteras que pierden, cantidades ínfimas, bolsitas de calidad pésima). Y en invierno, porque un té calentito, por mucho que digan en el maghreb, no es lo que me apetece con 40º a la sombra.