En primer lugar, forramos un molde desmontable con papel sulfurizado y colocar la lámina de masa encima. Presionar las paredes y pinchar el fondo. Dejamos en el frigorífico hasta el momento de hornear. Luego, lavar los calabacines, los despuntamos y sin pelar, les sacamos tiras finas a lo largo, con ayuda de un pelador o, mejor aún, una mandolina...