Tsykalov, el artista de las carnes y las verduras
El ser humano siempre ha sentido la necesidad de retratar el cuerpo humano y la anatomía mediante la expresión artística. Así, a lo largo de las diferentes épocas en la historia del arte, los cuadros sobre los misterios del cuerpo humano y del interior del mismo se han ido sucediendo siglo tras siglo. Por otra parte, también el artista ha sentido la necesidad de expresar la muerte en todas las vertientes del arte. Dimitri Tsykalov, un moscovita nacido en 1963, reúne ambas preocupaciones en su obra. De esta manera se ha especializado en la realización de calaveras talladas en sandías, manzanas, berenjenas, coles, y todas las hortalizas que se pongan a mano. Reúne todas estas obras bajo el nombre de Skulls (Calaveras). Aquí un par de vídeos muestran el proceso creador en plena esencia.
En otro orden, también ha experimentado con el increíble mundo de las carnes, y se atreve a confeccionar estudios anatómicos de caras con carne cruda, chopped, mortadela, salchichón, y utilizando coliflores a modo de perfectamente improvisado cerebro. También se surte de salchichas enanas, palillos, carne picada para pasta y espaguetis, zanahorias, gambas, hojas o bambú, para tallar diversas testas mitad hueso, mitad carne, un pie, bocas y otras partes del cuerpo. Todas estas obras las aglutina con el nombre Body (cuerpo).
Y sin dejar el uso de carnes, este peculiar ruso utiliza toda su destreza como carnicero-creador para hacer máscaras cárnicas emulando a diferentes animales (de ficción como Mickey, o una perra con lazo), o a la estatua de la Libertad. Sin salir de las máscaras, Tsylakov utiliza su ingenio para, con bananas, vegetales muertos y pieles, confeccionar un Batman un tanto curioso. Además, dando muestras de su gusto por manipular la carne, el artista tiene una serie denominada Meat (carne), en la que da forma a todo un arsenal de armas con distintas carnes rojas. El resultado es espectacular, ya que en la presentación de esta serie todos los modelos que posan con pistolas, ametralladoras o fusiles de asalto (entre otras) rojos, blandos y sangrientos, aparecen sin más ropa, metafóricamente, que su propia piel y carne.