Sé que soy afortunada, pero está en mi naturaleza – de italiana, de mujer, de ser humano – quejarme un poco. Llevo desde octubre sin tener un fin de semana libre – si no estoy con mis hijos* estoy en un taller, así que el concepto de “fin de semana tranquilo” es algo que tengo bastante olvidado.

En junio los talleres son entre semana, porque los fines de semana los sevillanos suelen irse a la playa, o se quedan en la piscina, así que de pronto nos encontramos con un viernes-viernes, de esos en los que puedes salir a pasear y a tomar una tapita. Como ayer, que hicimos visita a Becerrita. Nos pilla cerca de casa, es un super clásico y nunca lo había visitado. Una copa de Colonias de Galeón (para quien no lo sepa, hay vinos sevillanos, ¡y son todo un descubrimiento!), una tapa de Berenjena frita con salmorejo y lasca de bacalao sin pena ni gloria y otra de Solomillo de cerdo con queso de cabra gratinado y compota de higos, que aún a sus 4,40€ volvería a pedir sin dudarlo un momento. Considerando la calidad de la comida, de la bebida y del servicio (los cubiertos cambiados en cada tapa: una exageración, sí, pero odio cuando me piden que me quede con ellos), 13,40€ entre dos me parece una verdadera ganga. Además, chapeau: precios con IVA incluido (es lo que marca la ley, sí, pero ¿cuántos sitios no lo cumplen?) y sin recargo por el pan (un pequeño pet peeve que tenemos unos cuantos).

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Hoy, un sábado-sábado: levantarse con tranquilidad, desayuno largo y un paseo por el mercado de la Encarnación a ver qué cocinamos hoy. Fuimos con la idea de un costillar de cerdo ibérico – a 3,50€ el kilo la relación precio/felicidad está asegurada – y nos volvimos con además unos choquitos para hacer con la pasta (una sencilla aglio e olio con los choquitos en tira, hechos los últimos 40 segundos de cocción de la pasta y acabados de cocinar con la mantecatura de la misma). En la frutería, esperando para un kilo de nísperos, nos ha pedido la vez Dani Torres de Zurrutraque – se me olvidó preguntarle si tienen ya local nuevo.

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De vuelta a casa, una paradita en el Tremendo para una caña bien fría (hay cervezas mejores que la Cruzcampo, pero cuando pega el calor en Sevilla me gusta, con mucho gas, casi metálica, y muy, muy fría). Me encanta la mezcla que hay ahí fuera – hoy había muchos que salían de una boda y se entretenían antes de ir al banquete. Hay pocas mesitas cuyo uso me es desconocido, ya que todos se quedan de pie. En ella está pegado este cartel:

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Becerrita
Recaredo, 9
Sevilla
en verano cierra sábados noches y domingos

El Tremendo
Almirante Apodaca esquina con calle Felipe
Sevilla

Imágenes: Anna Mayer

Esta entrada es original del blog “Con dos enes” de Anna Mayer.