Poner a cocer en una olla la cebolla, el tomate, la calabaza, el pimiento rojo y la zanahoria, cubierto de agua. Cuando estén las hortalizas cocidas, agregar los garbanzos ya remojados, salpimentando...
En una cazuela grande calentamos la mantequilla con un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté fundida, incorporar las cebolletas muy picadas y pochar a fuego suave, moviendo para que se ablanden sin dorarse...
A la morcilla en rodajas se le da un golpe de plancha por ambos lados. Se reserva. La pasta kataifi , se fríe a fuego medio se aparta y se reserva. Para la cebolla caramelizada se pone a freír a fuego lento la cebolla con la mantequilla...
En un bol troceamos las rebanadas de pan y las remojamos con el caldo templado. Dejar también en remojo los orejones de tomate. Despuntar los calabacines y, sin pelar y con una mandolina, los rallamos en bastones gruesos...
En una cacerola calienta un poco de aceite e introduce la cebolla, el pimiento y el ajo, todo bien picadito y ponlo a rehogar. Cuando la cebolla esté blanda y transparente añade la carne, un poco de orégano, 1 vaso de vino blanco, sal y las dos hojas de laurel...
Sobre el fondo y las paredes de un molde alargado, tipo plumcake, extendemos una bolita de mantequilla, procurando cubrir bien las esquinas. Espolvorear luego con pan rallado, sacudir bocabajo y dejamos en el frigorífico...
En una sartén ponemos aceite de oliva y freímos los ajos y las chuletas que hemos salpimentado. Reservamos la carne. En la misma sartén hacemos la cebolla, cortada en juliana, a fuego bajo hasta que esté pochada...
En el mortero, machacamos la mitad de las nueces, dejándolas en trozos grandes. Ponemos en un cazo la nata con la vainilla abierta por la mitad a lo largo y la tira de piel de naranja. Calentar a fuego muy suave sin que hierva y dejamos enfriar tapado...
En primer lugar, pelar las gambas y pasamos las cáscaras y las cabezas a una cazuela con la hoja de laurel y unos granos de pimienta. Cubrir con agua fría y cocer durante veinte minutos...
Ponemos los garbanzos en remojo la víspera. Los escurrimos, se enjuagan y se pasan a una olla, con las ramitas de apio, limpias y enteras, los granos de pimienta y una pizca de sal. Cubrimos de agua y ponemos al fuego hasta que estén tiernos, procurando que no se ablanden demasiado...